24/01/2025, Autopista, Teresa de Haro
Con el soterramiento de la A-5 en Madrid desaparece también uno de los radares más sancionadores de la capital. Situado en esta misma vía, a la altura de Batán, los primeros cortes de tráfico han obligado a “apagar” este radar hasta que finalicen las obras, previsiblemente dentro de dos años.
De momento son ya diez días con cortes de tráfico en la A-5, que ha quedado reducida a dos carriles por sentido en cada calzada. Pero desde el Ayuntamiento creen que el plan de movilidad firmado con la Comunidad y el Gobierno ayudará a minimizar sus efectos. Durante estas primeras jornadas, el tráfico se ha reducido hasta un 40 por ciento, al tiempo que aumenta el número de viajeros en la línea C5 de Cercanías de Renfe de la capital.
Adiós a uno de los radares más sancionadores de Madrid
El soterramiento de la A-5 ha obligado al Ayuntamiento a enterrar también uno de los radares más activos en los últimos años en Madrid. Situado entre los puntos kilométricos 4 y 5,7 en esta misma carretera, a la altura de Batán, y de acuerdo con el último informe realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en 2023 este radar recaudó hasta 2,6 millones de euros gracias a un total de 34.728 denuncias. Solo fue superado por el situado en el kilómetro 4,150 de la M-30, con un resultado de 48.438 multas y 5,1 millones de euros, y el del kilómetro 19,800, también en la M-30, que impuso 38.420 denuncias y recaudó 3,8 millones de euros.
La velocidad máxima en esta vía, antes de las obras, era de 70 km/h. Durante el tiempo que duren los trabajos para su soterramiento, esta velocidad quedará reducida a 50 km/h, un límite que difícilmente se va a poder superar con el estrechamiento a solo dos carriles.
De cualquier forma, este radar no ha estado exento de polémica. Precisamente en 2023, Dvuelta ganó un total de 24 apelaciones en contra de estas multas debido a discrepancias en la distancia medida por el radar. En concreto, decían, el cinemómetro estaba certificado para controlar un tramo de 1,735 metros, pero las pruebas presentaban un tramo de 1,750 metros. Finalmente, esta Asociación consiguió que los tribunales pusieran en duda la validez de cerca de 250.000 denuncias.
Se calcula que, con el “soterramiento” de este radar, se podrían dejar de recaudar entre cinco y diez millones de euros durante estos dos años.