27/08/2023, VoxPópuli, Mario Cortijo
El pasado 1 de enero, el Gobierno decidió no prorrogar las ayudas al combustible -20 céntimos por litro-, una bonificación que ayudó a sobrellevar mejor la escalada de precios. La progresiva mejoría hizo que Moncloa no continuase con la ayuda, pero el tiempo le ha quitado la razón al Ejecutivo: respecto a estas mismas fechas de 2022, la gasolina sólo ha bajado 7 céntimos (un 4,2%), mientras que el diésel ha bajado sus tarifas un 12,5% (23 céntimos).
Una reducción mínima que dibuja un escenario muy distinto al que existía en 2021: en agosto de ese año, el litro de gasolina costaba 30 céntimos menos que ahora (1,421 euros), una diferencia similar a la del diésel (34 céntimos, 1,266 euros). Por lo tanto, la inflación sigue afectando -y mucho- al precio del combustible.
Pese al fin de las ayudas, el consumo de combustible ha aumentado en este 2023. Al fin y al cabo, el pasado año llegó a superar los dos euros, incluso con la ayuda de los veinte céntimos, de modo que aunque la situación siga siendo muy difícil, es mejor que en abril de 2022, mes en el que los conductores sufrieron un aumento del precio del combustible casi diario. Un crecimiento que, aunque es positivo, se mantiene lejos de las cifras prepandemia, pese a haber regresado a la normalidad desde hace tiempo.
Desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), su director general, Nacho Rabadán, señala que la demanda se sitúa aún un 3% por debajo y que los dueños y responsables de las gasolineras afirman que "se nota mucha menos alegría a la hora de repostar". "Ahora es menos habitual llenar el depósito y el ticket medio ha bajado", señala a Vozpópuli.
Rabadán señala que aunque se nota que la gente "quiere salir y disfrutar del verano", lo que ha aumentado la afluencia, no es igual que antes: "Hemos normalizado precios que antes eran inasumibles". Preguntado por un posible regreso de la bonificación de los 20 céntimos, se muestra a favor pero con matices: "Si los propietarios de las estaciones de servicio tienen que volver a ser los banqueros de la administración, no". El director general de CEEES apunta que los empresarios, en su mayoría pymes, tuvieron que "adelantar entre 30.000 y 40.000 euros al mes" para cubrir las bonificaciones que después, con mucha tardanza, el Estado les dio.
Es por estos motivos que Rabadán se conforma "con que en los presupuestos no suban la fiscalidad al diésel", ya que el Gobierno ha puesto el foco en este combustible que supone el 75% de los repostajes que se realizan en España.
Como solución, desde CEEES creen que hay que mirar hacia Francia, donde han bonificado el combustible E85 -el bioetanol-, que reduce las emisiones en un 75%. "Esta Administración ha apostado solo por la electrificación y no ha tenido en cuenta otras alternativas", señala Rabadán a este medio. Critica que en España, "cuanto más renovable sea la gasolina, más fiscalidad se paga", caso contrario de lo que ocurre en el país vecino, donde se está bonificando este tipo de combustible.
Denuncia que "la mitad del bioetanol que produce España se acaba vendiendo a Francia porque aquí no hay demanda interna", ya que si las gasolineras comercializaran este producto, "tendrían que venderlo por encima de los dos euros por litro". Rabadán lamenta que España solo apueste por la electrificación, ya que no entiende por qué "un Gobierno progresista fomente un coche de ricos". Para muestra, un botón: cinco de los municipios con más renta per cápita de España -Torrelodones, Pozuelo de Alarcón, Majadahonda, Boadilla del Monte y Las Rozas-, que representan un 0,5% de la población española, poseen el 5% de los vehículos eléctricos de nuestro país.
Por otro lado, desde DVuelta apuntan que el Gobierno debería instaurar "un mecanismo automático que se aplique una vez haya una subida como la que estamos viendo". Desde la organización piden "un mayor esfuerzo en la competencia de las gasolineras", aunque lo ven complicado, ya que "la gente está gastando como si no hubiese un mañana"